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SIN NOVEDAD EN EL FRENTE

Hace algunos años que la inercia y escasa aptitud directriz enquistadas en el Jockey Club del Perú (JCP) siguen haciendo languidecer a la Hípica.

Por eso considero que sería un extravío pensar que una asociación en tales condiciones – agravadas en la actualidad con un paupérrimo “índice hípico” – pueda cumplir con la tarea legal encargada de mejorar, desarrollar y preservar la raza caballar.

Sé muy bien que es una simpleza decir que la preponderante fuente de ingresos y su sostén radica en las apuestas en las carreras de caballos, pero que los mismos dirigentes en solo un par de años las hayan hecho descender en S/. 10 millones (convirtiendo los S/. 83 millones del año 2017 en el peor registro del último SEPTENIO) es, incontrastablemente, un vergonzoso “récord” de ineficiencia.

Se suma a esto que ni el propio JCP, como consecuencia de sus devaneos y ambigüedades, se sienta capaz de mensurar sus necesidades que deben ser satisfechas por esas apuestas, principalmente, a fin de garantizar la continuidad de la actividad.

se continua... pero en el barranco

Entretanto, los propietarios de caballos (APCCP) – que tampoco llegan a precisar cuál es su “punto de compensación mínimo” – siguen haciendo pública su disconformidad con los premios que reciben, que inclusive se acentúa sobre la presunción de que puedan ser capados. Siendo, sin duda, justificada esta protesta – cuyo asidero es la debacle de las apuestas – como también congruente la recomendación de las enmiendas que debieran hacerse, este aparente contrapunteo tiene un viso inoperante como natural consecuencia de la doble asociación existente entre los componentes de ambas instituciones (sin dejar de subrayar la peculiar posición de quienes, siendo Directores del JCP, son asimismo propietarios de algunos o muchísimos caballos) lo que, desde mi percepción, no solo restaría peso al último comunicado propalado sino que, también, explicaría porqué el tono censurador de la APCCP no haya dicho esta boca es mía acerca de las reiteradas críticas documentadas de la arbitrariedad y falta de equidad y transparencia en las apuestas, bastándole en el papel decir, sobre estas, “que se busque un aumento.”

Considerando que la presunción generalizada de los aficionados debe ser que ambas asociaciones (JCP y APCCP), que actúan con sus mismas dirigencias desde el año 2015, hacen esfuerzos mancomunados, ¿cómo podría entenderse y/o justificarse la impasibilidad que han compartido desde el último trimestre de dicho año cuando fueran advertidas de que las apuestas lejos de permanecer estacionarias habían empezado a decaer?

Inclusive, y antes de hacer una particular interpretación de los Cuadros que la APCCP adjunta al mentado comunicado, me remitiría a preguntar si los propietarios acaso no saben que el factor determinante en la precipitación del juego está localizado en el mismísimo HIPÓDROMO con una aplastante disminución de sus ventas que, este año respecto del 2016, llegará a S/. 5.5 millones (15% inferior), a despecho de los manoseados concurrentes a las CONCESIONES que, cándidamente, las incrementarán en S/. 1.5 millones.

En relación a las cifras referenciales al 30/09/2017 que la APCCP ha dado a conocer, y suponiendo que debe haberse omitido la deducción de las comisiones de jinetes, preparadores y cuidadores (aproximadamente 30% de los premios), encuentro interesante hacer mención de lo siguiente:

  • Tomando en cuenta los promedios anotados, y estimando que sean 390 los productos, la compra anual llegaría a S/. 20.475 millones.

Este monto es muy similar a los S/. 20 millones “redondeados” (S/. 14 millones con las deducciones) que este año recibirían los propietarios en premios y que, efectivamente, equivalen al 24% de los ni siquiera S/. 83 millones que se jugarían.

Como puede verse, la sola compra anual es irrecuperable o, dicho de otro modo, los premios netos de todos los propietarios cubrirían apenas el 70% del monto del grupo de inversores.

  • Si prescindiéramos del punto anterior considerando como más relevante la manutención y permanencia de 1952 caballos en el Hipódromo a los que le aplicamos el promedio unitario de gasto (S/. 1.290 al mes), el monto total sería S/. 30.217 millones. Al recibir premios netos por S/. 14 millones, está claro que sólo se podría cubrir el 46.3% de dicho gasto.

  • Si en el 2017 – en un ejercicio hipotético - el juego fuera de 42.5% mayor a los ni siquiera S/. 83 millones que se alcanzarán (S/. 118 millones aproximadamente) e hiciéramos uso del denominado “porcentaje histórico” del 17% de las apuestas para los premios, obtendríamos los mismos S/. 20 millones brutos o S/. 14 millones netos.

  • Si se interpreta que el “punto de compensación mínimo” está referido en el apartado “d” de los Correctivos Inmediatos del comunicado, y expresado como “que a partir de la fecha” se le adicione a los propietarios el 50% de todos los demás ingresos (es decir, los extra apuestas), es de imaginar que el JCP tendría que evaluar su factibilidad en razón a sus necesidades primarias y con la lógica consideración de que se trate de ingresos netos, porque hay conceptos como, por ejemplo, “Centro de Esparcimiento” en el que, sus ingresos, pudieran ser mucho menores que sus egresos.

En fin, y para no seguir cantaleteando, concluyo diciendo en un apretado resumen, que la HÍPICA peruana tiene una traza caótica que afecta a todos sus sectores; uno de estos - dentro del que me siento incluido – corresponde al de algunos viejos y lúcidos habitúes que exige su restauración, pero sobre el cimiento de un manejo con suficiencia y hombría de bien y con el destierro del cacareo de una transparencia inexistente

Elegefe
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