CONTINUISMO DEL FRACASO
- Elegefe
- 27 abr 2018
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En junio del año 2016, tuve la oportunidad de reiterarle mis servicios al Consejo Directivo del Jockey Club del Perú (JCP) – como Asesor de Apuestas – mediante un plan integral, propio, con reformas, enmiendas e innovaciones que directamente expusiera al Presidente y a algunos otros miembros de dicha corporación, encontrándose entre ellos los Directores, Tesorero y Secretario de entonces. Pocos días después se concordó y se anunció también extraoficialmente, mi designación como Coordinador de Apuestas, quedando pendiente las formalidades esenciales de mi contratación.
El caso fue que, muy a mi pesar y paradójicamente, me vi forzado a rechazar el nombramiento anticipado, ante una sorprendente e impresentable propuesta que, inclusive y en hora mala, le fuera indelicadamente encargada de transmitirme a interpósita persona.
Casi después de dos años traigo a colación este episodio personal, aduciendo que la patética situación actual del JCP – que, por lo demás, resulta ostensible – es el corolario de la ineptitud e ineficiencia de sus regentes y varios otros anteriores que, desdeñosamente, parecen haber dedicado su tiempo en construir un enrevesado laberinto al que – como si la incapacidad e ineficiencia debieran ser premiadas – le han querido encontrar su salida concurriendo, ni más ni menos, al CONGRESO DE LA REPÚBLICA.
Hay en torno a todo esto un suceso reciente que corrobora aún más lo que invariablemente vengo sosteniendo. Me refiero a la expresa carta de renuncia que el 10 de abril del 2018 (a escasas tres semanas de cumplir un año en el cargo) ha hecho pública el Director Tesorero del JCP, Ing°. Juan Antonio Assereto Duharte, mencionando y comentando las descarnadas razones de su alejamiento y omitiendo otras “que sería largo enumerar”, según refiere, y aconsejando a su receptor – el Presidente del Club – a “no prestar oídos a personas de su entorno que carecen del menor criterio requerido…”, aunque subrayando que tiene “sustantivas diferencias” con uno de los miembros del Consejo Directivo.
Es incuestionable que, en su transitoria actuación, le ha tocado cargar una pesadísima “mochila” al Director renunciante cuyo peso principal es el irresponsable y nada criterioso manejo que siguen teniendo las apuestas, acentuado con su enfrentamiento a la abierta inmoralidad que significa seguirle prestando dinero a algunos socios del JCP para que apuesten (y que probablemente amorticen si es que cobran) al recalcar en su posdata “Lamento mucho que no se me haya permitido hacer pública la relación de socios que no han sabido honrar sus deudas de juego, las cuales alcanzan niveles importantes en el ámbito de la Caja Institucional”.
Por lo dicho, es inevitable intuir el engrosamiento que tendrían las históricas cuentas incobrables del JCP pues, de persistir tal situación, “los auditores opinarán por su castigo constituyéndose así en una importante contingencia que incidiría fuertemente sobre el déficit”, tal como lo advierte al pie de su Cuadro de ingresos y gastos comparativos del primer trimestre de los dos últimos años.
Presumiendo particularmente que el primer cuatrimestre del 2018 acumularía S/.26 millones de apuestas (con lo que se mantendría el promedio mensual de S/.6.5 millones mostrado por el ex Tesorero), y considerando interesante ilustrar cómo han venido despeñándose – después de haber estado estancadas varios años – encuentro conveniente hacer explícito el siguiente cuadro con montos de las apuestas trimestrales expresados en millones de soles:

* Correspondiente a la anterior Gestión
a) Históricamente, el primer trimestre del año (enero/marzo) es el más bajo de las apuestas. Se confirma esto en el 2017 y 2018 e inclusive hace siete años, en el 2011, que son los tres únicos que registran montos inferiores a S/.20 millones, desde entonces.
b) En la comparación hecha del primer trimestre de este año con el anterior (en el que no tuvo participación el Director renunciante) el JCP recaudó modestísimos ingresos con el tercio aproximado que retiene de las apuestas.
c) Lo realmente significativo está en la reducción del déficit que ha pasado de S/.6.4 millones a S/.1 millón del 2017 al 2018, con los ajustes efectuados.
d) Más allá de la notoria variabilidad en ciertos gastos, y de los poco relevantes premios a los propietarios de caballos, hay que resaltar que su retención del 20% ha evitado que el déficit del trimestre del 2018 se duplique.
e) Como puede apreciarse, desde enero del 2016 (y por noveno trimestre consecutivo) el juego no supera los S/.22 millones, y desde hace más de un año el promedio semanal no llega a S/.1.6 millones.
f) En la esperanza de que en el 2018 las apuestas siquiera alcancen el pobretón nivel del año anterior; basándome en las cifras oficiales que indica el ex Tesorero; “restituyendo” el 20% de los premios a los propietarios, pero “manteniendo” las otras reducciones que ha efectuado el ex Director, la proyección del déficit de este año – de acuerdo a mis apreciaciones – sería de S/.7.2 millones.
Gravemente precaria es la situación del JCP debido exclusivamente a la falta de idoneidad de sus Dirigentes y no – como ellos aseguran – a la proliferación de Casinos, Tragamonedas y Apuestas Deportivas, de los que acaso se diferencie, si tomamos en consideración la insólita posibilidad de que, virtualmente, el JCP no haya tributado nada en el año 2017 por concepto de las Apuestas Hípicas.
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