El Desgraciado Rumbo del Fracaso
- Elegefe
- 16 oct 2018
- 4 Min. de lectura
Últimamente, un hecho cada vez más frecuente en el Jockey Club del Perú (JCP) es “dar las gracias por los servicios prestados” a una retahíla de renunciantes a sus cargos, sean estos Directores de Consejo Directivo, Gerentes Generales, Comisarios de Carreras o miembros de otras Comisiones escrupulosas (como, por ejemplo la de “Análisis de Laboratorio” o pruebas antidoping). En otro plano, es de público conocimiento que un propietario de caballos, recientemente, ha formulado un severo reclamo al propio Presidente del club, espetándole previamente “que lo bueno se comparte y lo malo se denuncia y combate” confirmándose, en cierta forma, que existe un grave deterioro moral en la institución.
Por añadidura, han transcurrido más de tres meses (desde que recién publicara el JCP un Comunicado dando cuenta del hecho) sin que hasta el momento se conozca cuán avanzadas estén las investigaciones acerca de un acto delictivo y concertado, perpetrado durante quince meses dentro de sus propias oficinas y en perjuicio de los APOSTADORES, consistente en haberse realizado dolosamente apuestas ocultas con subsecuentes beneficios de cobros reales y efectivos, no obstante que, a tenor del Comunicado, “se ha verificado en forma fehaciente la existencia de irregularidades e indicios de comisión de delitos y faltas funcionales que obligan se adopten las opciones que la ley franquea” agregando que “se ha interpuesto la denuncia penal respectiva contra el autor directo y los que resulten responsables”.

Como es de ver, y tratándose de una denuncia penal y por lo tanto referida a un hecho criminal que agravia la fe pública y ha causado irreparables perjuicios a los apostadores, no deja de sorprender que, con enorme frescura, concluya el Comunicado indicando que “… es de mencionar que nuestra Institución cuenta con un seguro de Deshonestidad” con una compañía de seguros que equivaldría a pensar que, para el JCP, más importante es dar a conocer a sus agremiados la existencia de una presunta salvaguardia material antes que confesarse responsablemente consecuente frente a millares de apostadores que han sido burlados.
Excediendo la ironía, también, y a despecho de que debió haber sido, hay que remarcar que la mentada publicación no obedeció a un gesto inmediato y voluntario del JCP sino que fue el resultado de la censuradora y airada crítica dada a conocer por un documentado periodista (y asimismo asociado vitalicio de esa institución) quien, inclusive, ha sido reiterativo en más de un artículo al precisar nombramientos que, más allá de tener vislumbres comprometedores, tampoco han sido siquiera medianamente desmentidos o desvirtuados.
Completando el “elenco” en esta trágica obra, se encuentra el desdeñado (?) pero primordial asunto de las apuestas –que es el sostén de la actividad hípica en cualquier parte del mundo- y que, para colmo de males, hoy en el Perú es dependiente de una desteñida, improvisada y abusiva “Comisión de Marketing” que ha “logrado” hacer retroceder –aún más- el monto del juego.
En efecto, sus comisionados se estrenaron en el mes de febrero de este año duplicando el valor unitario en la última Dupleta y el último Vale Triple de cada reunión de carreras bautizándolas –respectiva y afectadamente- como el “dupletón” y el “Vale de Oro”; sin embargo, y al margen de insistir abusivamente en procurar favorecer a los probablemente escasos aunque pudientes timberos o tahúres sin que valga un comino el obligado incremento de las apuestas, “olvidaron” tomarse la molestia de averiguar cómo les iba yendo en esa odiosa “aventura”.
Al respecto, quiero mostrar seguidamente un cuadro de elaboración propia que confirma plenamente mis aseveraciones –a menos que puedan desvirtuarse- en el que comparo el juego por lugar de venta (Concesiones e Hipódromo) obtenido entre febrero y julio de este año con el mismo período del 2017 (que, por entonces y desgraciadamente, fuera el peor registro del último septenio).
JUEGO (febrero/julio)
(millones de soles)

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[if !supportLists]a) [endif]El juego total en ese período, ha disminuido 1.20 millones este año (41.15 - 39.95).
[if !supportLists]b) [endif]En Concesiones, el juego es idéntico (Dupleta, Vale; etc).
[if !supportLists]c) [endif]En el Hipódromo, es idéntico en Dupleta y Vale Triple (“dupletón” y “vale de oro”); sin embargo, ha disminuido en la Cuádruple y en el Resto de modalidades en donde se concentra la diferencia de 1.20 millones (15.55 – 14.35).
Considerando la ostensible evidencia reflejada en el cuadro, y más allá de la premeditada intención en favorecer a los jugadores tahurescos y del deliberado propósito en obtener “pozos vacantes” por parte de esta siniestra “Comisión de Marketing”, ¿qué razón medianamente inteligente podría caber para que luego de dos fatídicas semanas en el nivel de las apuestas porfíen en el engaño de mantener el “dupletón” y el “vale de oro”?
Pero, tal como se observa y a pesar de que el JCP es “un reino más en el que el tuerto es rey”, parece no haber nadie (o quienes lo saben no se atreven a decirlo) que mencione que las apuestas en el Hipódromo se han desplomado bruscamente desde hace 20 meses, y que ese bache (cuyo origen debe conocer el JCP) se constituye en el quid de la debacle.
No debe llamar la atención entonces que las tomas televisivas panorámicas “de los grandes clásicos” se hayan suprimido, concentrándose en enfoques con pequeños grupos de espectadores en alguna tribuna, porque hasta el público infrecuente ha dejado de asistir.
La más sencilla demostración de lo antedicho está en la revisión del juego obtenido en las reuniones dominicales estelares de la programación anual (“Polla de Potrancas”, Polla de Potrillos”, Enrique Ayulo Pardo”, “Ricardo Ortiz de Zevallos”, Derby Nacional”, “Gran Premio Nacional” y “Asociación de Propietarios de Caballos de Carreras del Perú”) a las que asiste un importante plus de gente no necesariamente con afición hípica, para observar que mientras en las Concesiones el juego se ha mantenido –al menos- en los últimos tres años, en el Hipódromo ha decaído en forma sistemática hasta el 25% ( ! ) ; situación que se confirma con el acumulado de enero a setiembre, haciendo altamente improbable que las apuestas lleguen a 80 millones de soles este año 2018.
Por eso, podría pasarse por alto las declaraciones triunfalistas de los dirigentes del JCP cuando hablan de tribunas “colmadas de espectadores”, pero no su desidia e incompetencia para impulsar las apuestas que siguen conduciendo a la Hípica por el desgraciado rumbo del fracaso.
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